top of page

El concepto de “Desplazamientos del Grabado” surge como producto de una necesidad, como una respuesta obligada frente a una carencia. Es uno de los conceptos fundamentales de la obra “A La Carne de Chile“.

Desplazar para expandir más allá, para generar espacios de reflexión y de concreción de las obras que debían ver la luz en ese difícil momento, esa fue mi premisa.

“A la Carne de Chile” es una metáfora, es un homenaje al cuerpo mutilado de la cultura. Es la constatación de algo que acontece al interior del cuerpo de la cultura nacional, que se visualiza filtrado por el arte. Es la visión desde la semiología, desde la estética, desde el post- conceptualismo, es preservar el registro residual de nuestra historia como una categoría de la verdad soslayada por la historia oficial.

Para mi, A La Carne De Chile fue un acto de rebeldía, una provocación al interior del sistema de galerías, un manifiesto político y un paso más en el desarrollo del lenguaje visual que utilice para comunicar mis ideas.

 

Registrar la historia, registrar el arte, registrar el registro.

Dicho esto, y entendiéndolo como un gran concepto o idea fuerza, diré que desde el lugar que ocupé como  artista, todo acto de aprehensión de la realidad, todo acto de conservación, todo acto de desciframiento, toda forma de intencionar, de socializar, de contagiar, de re-interpretar la realidad, para dejar una huella o un residuo inteligible, se constituyo en una forma de memoria. La memoria como arte.

Entiendo que la memoria no es únicamente el acto de conservar de manera intencionada, sino también, la posibilidad cierta de incidir en nuevas formas de comunicar desde el arte, y con ello, transformar la comprensión del entorno.

El arte da cuenta de su tiempo.

Entonces para mi: dar cuenta se convirtió en algo urgente.

bottom of page