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El arte como ejercicio de la libertad    

 

El arte es un constante ejercicio de la libertad, y la libertad es la ilusión.

La libertad es el motor que impulsa la creación, es el estado primordial para sostener la creación en movimiento constante. Es en este estado de libertad que el arte surge, y construye un habla, puesto que el discurso debe ser renovado permanentemente. Desde la perspectiva de lo creativo, solo el discurso nuevo es libre. El discurso anterior representa el stablishment, el lugar que estamos dejando atrás permanentemente para mantenernos dentro del vértigo que brindan los espacios de libertad, y de la producción de valor en el arte.

Yo que forme parte de una vanguardia, diré que desde mi perspectiva, las vanguardias nacen como el ejercicio de la libertad, y se establecen al interior de la sociedad como producto de la puesta en valor de las obras y de los artistas en los mercados de intercambio material y simbólico del arte. Con la adquisición del valor de mercado, las vanguardias pierden la inocencia, y asumen la madures social que el arte requiere para instalarse en el imaginario colectivo fuera de la vanguardia, y se convierten en mainstream en colecciones o museos.

A La Carne de Chile nació en mi juventud, empapada de la moral libertaria de las vanguardias, desde la mas pura incerteza, y de la ilusión inaugural del discurso tentativo.

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