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Pero yo no estoy diciendo que La pintura sea inofensiva políticamente, porque no es eso lo que pienso, y para esto puedo citar a Juan Dávila o Eugenio Dittborn como ejemplos, sino que esa fue la arista de la producción acogida y promocionada mayoritariamente por las galerías durante ese período en Chile.

En ese contexto, un grupo importante de artistas articula una escena alternativa que usa el Arte Conceptual y su teoría como punto de partida para desarrollar un discurso crítico que tiene como consecuencia la llamada Escena de Avanzada, grupo del cual forme parte y en cuyo seno desarrolle mi obra. Dentro de este grupo y con un tremendo aporte desde la teoría gracias al trabajo de N. Richard, R. Kay, J.P. Mellado o P. Marchant,  se producen obras  que re dibujan la escena nacional desde un lugar critico y renovado (Dittborn, Leppe, Altamirano, Jaar, Parra, Castillo, Zurita, Eltit, Gallardo) y también se producen obras con un alto contenido crítico, y algunas abiertamente subversivas y/o contestatárias ( Zurita, Codocedo, C.A.D.A. Eltit, Rosenfeld y Gallardo ).

Con esta necesidad en mente, decidí transitar de manera paralela al acontecer político desde un lugar virtualmente idéntico conceptualmente, pero usando la gran metáfora de la Carne de Chile, como sustituto especular del cuerpo mutilado, muerto, y desaparecido de la cultura Chilena.

En estas condiciones, y con esta propuesta visual me inserte en la escena plástica de finales de los años 70’s y durante todos los 80’s, porque sentí que era desde ese lugar desde el que debíamos hablar en ese momento. Era para mi, la visualidad correcta, en el momento adecuado.

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